Compromiso Social / PATIO 13 - Pedagogía de la calle.
- Ofrecer formación adecuada a los educadores que atenderán poblaciones vulnerables asegurando la posibilidad de una educación integral, abierta y significativa para los niños y niñas de la calle.
- Propiciar una amplia experiencia pedagógica tanto dentro como fuera del aula, que le posibilite al maestro en proceso de formación, comprender todos los roles inherentes a su labor educativa.
- Asegurar estrategias que aplicadas a niños y niñas de la calle aseguren procesos comunicacionales capaces de construir la experiencia de aprendizaje respetando contextos, diferencias y entornos sociales.
- Generar entornos educativos que promuevan una mejor calidad de vida y convivencia pacífica, fortaleciendo procesos comunicacionales.
La pedagogía de la calle se justifica en este proyecto al constatar cómo Millones de niños y jóvenes desplazados y abandonados sobreviven en las calles de las metrópolis del mundo como pordioseros, ladronzuelos o vendedores de drogas.
Las escuelas tradicionales tienen una idea bastante limitada sobre cómo debe ser la enseñanza de los niños en situaciones existenciales problemáticas. Por lo general reaccionan ante este drama con indiferencia y la tendencia a la exclusión es creciente. Muchas veces los profesores no están en condiciones de lidiar con las consecuencias de la miseria en la que tienen que vivir los niños marginalizados.
A nivel mundial hay una gran carencia de personas con la suficiente información, motivación y conocimiento requeridos para ayudarles a niños y jóvenes en condiciones existenciales conflictivas, a través de ofertas de aprendizaje duraderas.
Este proyecto tiene como finalidad posibilitar al maestro en formación, el desarrollo de nuevas lógicas para la comprensión y construcción de su proceso de práctica pedagógica acorde con las características y necesidades peculiares de esta población desde una sólida fundamentación epistemológica, pedagógico - didáctica e investigativa.
Colombia está ubicada en la costa nor-occidental de América del Sur, con sus costas en el pacífico y en la caribe, su cadena de cordilleras y nevados de 5000 metros, sus extensas llanuras en el este, sus fértiles valles, sus planicies y selvas que cubren la mitad de la extensión, lo convierte en el país más atractivo del continente a nivel cultural y natural.
2 millones y medio de niños entre los 5 y los 17 años. De estos más de un millón, menores de 14 tienen que trabajar. Más de un millón son víctimas de los desplazamiento internos, en los grupos guerrilleros y paramilitares se encuentran menores de edad armados; las insuficiencias en el sistema de salud repercuten en la mortalidad de 87 de 1000 en el primer año de vida; más de dos tercios de la población no llegarán a cumplir 33 años.
Los niños son en su mayoría afectados por las consecuencias de las expulsiones. Una cantidad incontable han perdido a sus padres, que se encargaba de sostener a la familia. Familias desplazadas son desterradas, familias destruidas.
En las ciudades los campesinos desplazados se convierten en ciudadanos marginales. No tienen ninguna oportunidad, se asientan en los barrios más pobres de las metrópolis; allí siempre serán extraños - sin posibilidad de integrarse nunca a la vida citadina.
Los hijos de los desplazados perdieron con su tierra toda orientación y perspectiva, la seguridad y la protección que el contexto acostumbrado les brindaba. En la ciudad no encuentran una nueva casa. Son enviados a las calles y deben conseguir el sustento para toda la familia. Allí aprenden como se mendiga, rápidamente delinquen. La posibilidad, interrumpida por la huida, de ir a la escuela queda cerrada para la mayoría.
El proyecto de práctica con los niños de la calle pretende que el maestro en formación desarrolle sensibilidad social y moral que se requiere para la realización de este tipo de trabajo, comprenda el compromiso y responsabilidad que tiene con esta población el sentido de la diferencia como expresión de igualdad de lo humano, destruyendo la barrera que socialmente ha existido en torno a los niños que no pueden asistir a la escuela.
La experiencia permite la profundización en el conocimiento pedagógico, psicológico y didáctico en torno a los procesos de la enseñanza y aprendizaje propios de estos niños, de tal manera que pueden construir cada vez mejores propuestas educativas para poblaciones con características similares.
Esta experiencia ha logrado hacer realidad por primera vez en Colombia que la pedagogía de la calle sea introducida en el currículo de formación inicial de educadores en la Normal de Copacabana.
Las normalistas con sus educadoras se acercan a diversos puntos de la ciudad donde se encuentran los llamados niños de la calle llevando todo lo necesario para vivir con ellos atractivos encuentros formativos que les permiten desarrollar sus capacidades comunicativas, cognitivas y sociales, de tal manera que se lleva la escuela a la calle.
Los niños deben aprender a leer, escribir desarrollar operaciones matemáticas desarrollar su propio proyecto de vida y perspectivas de futuro, “más allá de las fronteras de la escuela”.
- Recuperar niños y niñas de la calle al sistema formal de educación.
- Generar una sólida propuesta formativa de magisterio, evidenciando la necesidad de promover educadores capacitados para aplicar los principios de la pedagogía de la calle en diversos contextos.
- Desarrollar procesos empáticos, comunicacionales y de compromiso social que creen el ambiente propicio para la construcción de experiencias de aprendizaje significativas desde su propio entorno.